Guía de los fideos Japoneses

Comida Japonesa

Al hablar de comida japonesa, la gran mayoría de nosotros piensa en sushi y makis, pero la gastronomía de Japón es muy amplia y la pasta es un producto muy usado dentro de su cocina. Los fideos japoneses son un alimento económico, energético y sabroso que, combinado con proteínas y verduras convierten un caldo en un plato único. Los japoneses comen casi tantos fideos como arroz, lo que ya no sé es si lo hacen por la oferta inmensa de pasta o porque les gusta muchísimo. Lo cierto es que, cuando llegas a Japón, los fideos por sí solos necesitan una enciclopedia. Para que no te pierdas, en este artículo te guío por los principales tipos de fideos japoneses que puedes encontrar.

Ramen

De origen chino, el ramen llega a Japón porque los japoneses se apoderan de la isla de Okinawa que pertenecía a China. El ramen es un plato con tres ingredientes: los fideos, el caldo y los toppings. Los primeros son fideos de trigo, delgados, de color amarillento (porque se les añade huevo o kansui). Hay cuatro clases de caldo: shio (sal), shoyu (salsa de soja), tonkotsu (cerdo) y miso (pasta de soja fermentada), aunque no es una clasificación muy clara puesto que la mayoría de los caldos se hacen con pollo o cerdo y verduras, además de los condimentos. Los toppings más usados son el bambú encurtido (menma), algas (kombu, nori, wakame), brotes de soja, virutas de atún seco (katsuobushi), sardinas deshidratadas (niboshi) o el naruto, que es una flor de surimi. En fin, que las combinaciones son infinitas y eso hace que cada región de Japón tenga su propia receta de ramen. Puedes ver algunas de ellas en este libro de recetas, si te apetece experimentar.

Soba

A diferencia de los anteriores, los fideos soba son oscuros porque están elaborados con trigo sarraceno o verdes (cuando están mezclados con té machi). Su sabor es muy parecido al de las nueces. Normalmente, para darles más flexibilidad suelen hacerse con dos partes de harina de trigo por ocho de trigo sarraceno, en una combinación que se llama ni-hachi soba. Pero si eres intolerante al gluten, los 100% hechos con harina de alforfón, se llaman towari sobra o juwari soba.

Fideos Soba

Se sirven calientes, en caldo (como los que se comen en Navidad para «pasar el año», con los que se desean una vida tan larga como los soba, que se llaman Toshikoshi soba) o fríos, con salsa aparte y toppings.

Udon

Los fideos udon, están hechos a base de harina de trigo y agua y son parecidos a los espagueti italianos, solo que un poco más tiernos. Estos se han vuelto mucho más conocidos y han experimentado un mayor consumo, debido a que dan el nombre a la cadena de comida japonesa UDON, que podemos encontrar en muchas comunidades del territorio español y también gracias al servicio de comida a domicilio de UDON con Just Eat. Estos fideos fueron Importados desde China en el siglo VI por los monjes budistas, suelen servirse con un caldo hecho con mirin, dashi y salsa de soja, al que se le añade ingredientes que diferencian los tipos de udon. Los toppings más frecuentes del udon son la tempura de langostinos y el kakiage, que es un sofrito de verdura. Aunque también pueden tomarse fríos con una salsa suave, como acompañamiento de carne o marisco.

Fideos Udon

Un tipo de udon plano es el kishimen, que son (para entendernos) los tallarines japoneses.

Somen

Llevan harina de trigo, agua, aceite y sal en su elaboración y se suelen servir fríos en verano. Aunque también pueden tomarse con sopa (en cuyo caso se llaman nyumen). Es una pasta muy fina y delicada, de menos de 1 mm de diámetro, que suele servirse el día 7 de julio (que es el día somen, en el que hay que escribir los deseos que tengamos en papel, colgarlos del bambú y comer Hiyashi somen).

La lista de tipos de fideos japoneses es interminable y podríamos hablar aquí también de hiyamugi (fríos con caldo picante), shirataki (perseguidos por los fanáticos de las dietas sin gluten porque están hechos a base de ñame), tokoroten (fideos de agar-agar) o harusame (hechos de fécula de patata), pero os animo a irlos descubriendo poco a poco. Y a degustarlos. Son una delicia para el paladar ¡y adictivos!