Consejos para la alimentación de personas mayores y dependientes

La alimentación es uno de los factores determinantes sobre la salud de una persona. De este modo, cuando nos ocupamos del cuidado de una persona mayor o dependiente deberemos prestar especial atención a la alimentación para velar por su bienestar y calidad de vida. Será una de nuestras responsabilidades ofrecerles unos hábitos de alimentación saludables adaptándonos siempre a sus necesidades concretas.

En este post te damos algunos consejos para la correcta alimentación de personas mayores y dependientes teniendo en cuenta las posibles limitaciones que pueden presentar, ya que como cuidador cumples un papel crucial en esta necesidad tan básica.

“La dificultad de masticación, de deglución y la pérdida de apetito son los principales problemas en la alimentación de personas mayores”

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Imagen: msolucionamoncloa

 

Dificultad de masticación

Las personas que padecen enfermedades degenerativas de las funciones motoras (como pueden ser el Parkinson o el Alzheimer) suelen presentar grandes dificultades a la hora de masticar. Esto también sucede entre aquellos que presentan problemas de coordinación muscular. Ante este problema adaptaremos la textura de los alimentos con tal de facilitar su masticación; a este tipo de dieta se le llama “dieta blanda mecánica”.

 

Dificultad de deglución

La deglución es el proceso en el que tras la masticación conducimos el alimento a la parte posterior de la boca para después bajarlo por el esófago. La deglución se lleva a cabo de forma inconsciente gracias a una serie de nervios que ayudan a la garganta, el esófago y los músculos de la boca. No obstante, cuando tenemos problemas en el esófago, algún trastorno cerebral o neurológico o un alto nivel de estrés podemos experimentar problemas en la deglución.

Ante los problemas de deglución se recomienda la preparación de alimentos en masas uniformes para que no se esparzan por la boca. Para espesar la comida podemos utilizar harina de trigo, puré de patata o incluso yema de huevo, siendo conscientes de que así también estaremos aumentando el valor calórico de la comida. Los espesantes alimentarios son otra buena alternativa si no queremos aumentar las calorías de la ración. Como último consejo recordar que los alimentos ácidos suelen facilitar la deglución.

 

Pérdida de apetito

La pérdida de apetito en ancianos es algo bastante común que puede suceder por diversos motivos; disminución de la actividad física, efectos de los medicamentos, dificultades de masticación y deglución, cambios en el olfato y el gusto, etc. Ante esta situación es importante preparar alimentos que les resulten atractivos con el objetivo de evitar una pérdida de peso o incluso la desnutrición.

Por eso no impondremos demasiadas restricciones en su dieta, preparando platos sabrosos y valiéndonos de especias para aumentar el gusto de los alimentos. Eso sí, es aconsejable evitar las grasas para que la digestión sea más fácil y ligera. También evitaremos las legumbres, las bebidas con gas y demás alimentos que producen gases.

De este modo prepararemos comidas poco abundantes pero frecuentes, haciendo que se alimente 5 veces al día. También es importante ocuparnos de su higiene dental, ya que así facilitamos que pueda identificar los distintos sabores a la hora de comer.

Por último, recordar que existen suplementos nutricionales para aportar los nutrientes diarios necesarios en los casos en los que se haya perdido el apetito y el paciente no se muestre dispuesto a comer.

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